Proteínas
La proteína lamp2, que es como una antena que determina en una célula lo que es basura de lo que no, se perfila como clave en el envejecimiento celular, leo hoy en El Confidencial.
No voy a volver sobre el tema, porque ya huele, pero me ha parecido curioso. Está claro que, por ejemplo, Ortigoza tiene mucha de esa proteína. Bastante más que los camareros del Loyber, que con la misma edad parecen directamente 10 o 15 años mayores que él. Aunque, bueno, luego uno lo piensa y quizás el trabajar diariamente hasta altas horas (y durante muchas) de la madrugada en un bar de los «grasientos» de España y llevar décadas sin practicar deporte ayude a esta abismal diferencia.
Y es que es verdad que la edad nos consume a todos, pero hay gente a quien todo el proceso le embarga con cierta prontitud. ¿Quién no recuerda a Capó? Ese tío nació ya viejo. ¿Y qué me dicen de Sharon Stone (operaciones aparte)? 52 palos y cualquiera desdeñaría una tacita de café con ella.
En fin, que viendo cómo estábamos de enteros el otro día en el Padrao yo creo que hemos salido con mucha de esa proteína. Ahora bien… creo que hemos dado con nuestra particular Némesis… Pedro Padrao (y su ayudante Kenio). A cada copazo que nos ponía, más viejos nos íbamos haciendo. Yo creo que acabamos como el Sr. Burns. Alguno que otro directamente estaba ya firmando el testamento.
En fin… ¡¡vaya sábado!!
Décadas
«Gran médico es el tiempo, por lo viejo y por lo experimentado», dice Gracián. Pues sí.
Don Miguel de las Barras cumple 30 palos. Ya sólo queda el Sr. Alonso, de los cercanos al grupo de bebedores habituales para cumplir la tercera década. Y Del Rosal, claro. Pero él no cuenta; una buba de su tamaño no merece ni que nos acordemos de su efeméride.
Digo esto, porque si nos planteamos dónde estábamos y quiénes éramos cuando llegamos a la segunda década, intuyo que veríamos más acné, más pelo (en mi caso seguro), más hormonas (o no), menos cicatrices (podría ser peor) y con total certeza… bastante más ignorancia.
La película sigue avanzando, pero nosotros con ella. Es importante ver que nuestra particular clepsidra ha podido comprobar que somos entes más o menos bien formados. Hemos viajado y viajaremos, hemos conocido y conoceremos, hemos estado bien jodidos y posiblemente llegarán tiempos peores, nos hemos divertido como pocos y lo que nos queda. Pero parece fundamental saber estar en cada momento. Y creo que estamos en un punto excelente.
No sé qué pasará cuando la campana de la siguiente década taña en el horizonte. Ya veremos. Al menos, parece propio desear que los mismos que nos hemos encontrado aquí, lo hagamos allí.
Frases
Llevo unos días pensando en una frase de Alí. Muhammad Alí.
«Un hombre que ve el mundo a los 50 igual que a los 20, ha perdido 30 años de su vida». La comenté el otro día con el Ferlein.
Volvía a pensar nuevamente en ello recogiendo las ultimísimas cosas que estoy limpiando del cuarto de casa de mis padres. Cintas (cassettes) que el Mote grababa con su inolvidable grabadorcilla de mierda en la que unos imberbes personajillos como el propio Mote, el Paff, el Perro, el Ferlein, el Míkel o el que suscribe hablábamos de las chicas que hasta entonces habían pasado por nuestras vidas.
Llámenme friki, pero escuché unos minutos la cinta. Ya no sólo es que las voces son diferentes. El tono, la cadencia, el ritmo… ha cambiado todo en estos 10-12 años. Y probablemente también la visión que teníamos y tenemos del mundo.
El Perro hablando del «cazo» que la Minerva le había dado a un autobús para pararlo, porque el «autobusero» no se había percatado de que ella quería subir. El Míkel insultando sin parangón a Juanlu porque se había cortado al afeitarse en lo que probablemente era su primer afeitado. El Mote, como siempre, haciendo de reportero dicharachero. Espáriz aguantando estoicamente las acometidas de sus compañeros de salvajadas verbales en lo referente a la Borges…
Y no sé por qué pienso en los versos -sé que nombrados más de una vez en este lupanar social- de Gil de Biedma en su celebérrimo No volveré a ser joven:
Que la vida iba en serio
uno lo empieza a comprender más tarde…
Pero entonces me da por pensar y veo que han cambiado muchas cosas en este período. Hemos madurado mucho. Las circunstancias nos empujan inevitablemente.
Del activista pro saharaui-independentista-republicano-poumista-trotskista-leninita-stalinista que era el Míkel al banquero elitista y desprecia mindundis de la actualidad, por ejemplo. Y así con todos. Hemos ido evolucionando. O sea que Alí tenía razón.
Y nosotros no hemos perdido demasiado el tiempo, ¿no creen?
P.D. No sabemos nada de Ortigoza. ¡Cuente algo de su viaje! A saber con qué habrá estado liado para no dar señales de vida.
P.D.2 Tremendo Cristiano ayer en Marsella. Él solo destrozó a un equipo que lo único que pretendía era machacar a patadas al Madrid. A ver los octavos. A lo mejor esta vez nos da por pasar la ronda. El que seguro que no lo hará es el Liverpool.
P.D.3 El jueves a las 21:00, pub 3. Basura Del Rosaliana, mándenos las coordenadas, pedazo de chino.
P.D.4 Me quedan 200 páginas de un libro que debo entregar hoy. Y estoy perdiendo el tiempo escribiendo. Que les den.
Don Ángel
Después de otro jueves en el que se nos fue ligeramente la mano, al levantarme he cumplido con las 3 tareas que tenía para hoy. Hablar con el asesor y ver el tema del Cif. Ya lo tenemos. Esto es: ya podemos cobrar. Además, he estado mirando el tema de la web y la creación de la imagen corporativa con la gente que nos lo lleva y la semana que viene tenemos reunión definitoria y además me he ido a cortar el pelo. Como pueden comprobar, día extremadamente duro.
Mientras iba hacia el barbero (Antonio dixit) me fijé que en el Príncipe Felipe estaba en el patio Don Ángel, ese mítico profesor de gimnasio que nos dio clases a unos cuantos de los cutre-habitantes de este pútrido emplazamiento: Míkel, Ferlein, Mote, el Perro y mi menda entre otros.
Me vino a la cabeza un recuerdo que no sé si algunos de los nombrados acertará a recuperar vívidamente en sus cada vez más viejunas materias grises: ¿Se acuerdan de aquellos castigos de Don Ángel para con los chavales desobedientes o que se comportaban mal? Recuerdo como si fuera hoy aquellos «barridos» que les hacía Don Ángel a los que se portaban mal.
Allí no chistaba nadie. Le teníamos respeto. Y ni se nos ocurría decirles a nuestros padres que te habían castigado físicamente. Porque encima ellos te daban otra galleta.
Eran otros tiempos. El propio hecho de llamarle Don a un profesor indicaba un trato impensable hoy en día. Pasar por un instituto medio es para echarse a llorar.
Creo que no podría ser profesor por eso. A mí un niñato me chista, me hace burla, me contesta de forma inadecuada y creo que estaría más cerca del asesinato que de la simple reprimenda. Mucha mala educación, mucho consentimiento, demasiado porcentaje de la sociedad adolescente o simplemente joven educada entre valores erróneos. Una lástima.
Ver a Don Ángel 16 años después me chocó. Lo reconocí por su voz, pero está completamente calvo y bastante más gordo que antaño. El tiempo. El paso del tiempo.
En fin, mañana por la mañana me voy con mi querida Mentxu a Cantabria a ver cuevas, mares, montañas y comernos unas anchoas made in Revilla. Espero que los demás tengan también unos días de asueto.
Algo he oído de una fiesta estoraka… qué miedo.
Enlazando vidas
Otra noche en que he dormido mal. Y poco. Pensamientos, dudas, preocupaciones, cansancio.
Me levanté pronto y decidí conocer mundo. Sin salir de casa. Poco dinero, ya saben. Siempre digo lo mismo, no me canso: si fuera rico, estaría todo el día viajando… y viendo cine continuamente. Internet te lo permite.
Todo empezó hace más o menos una hora y media. Procedía a seguir analizando empresas de servicios editoriales y sus ofertas. Estudio de mercado, le llaman. Pero me evadí. Defecto de fábrica.
No me pregunten por qué. Tal vez, porque a las 4 de la mañana, puse un momento la radio y hablaban sobre algo acaecido en Groningen. Me encanta el nombre de esa ciudad. De siempre. Me recuerda a cuando era pequeño y siempre ponía la radio para dormir. Recuerdo perfectamente poner la radio mientras narraban fútbol. Jugaba el Groningen con el Atlético de Madrid.
Fui al oráculo de nuestros días (Camilo dixit) que es Google y me paré a ver Groningen. Cuando estuve con el Míkel y el Perro en Holanda no nos alcanzó como para llegar al norte del país. Vimos mucho, pero nunca lo suficiente.
Siguiendo parada en google: «vivir en Groningen». Tantas veces he pensado en la suerte que tuvo el Míkel de ir un año a Manchester y los buenos amigos que conserva. ¿Y si cualquier día pierdo la cabeza, lo mando todo a la mierda y me voy a Groningen?– me dije. Caí entonces en un documento formado por preguntas y respuestas acerca de la vida en esta ciudad. Curioso, cómo insiste el protagonista en lo exigentes que son en la universidad de la ciudad.
¿Por qué no fuimos a Groningen? Era diciembre, hacía mucho frío y no podíamos escaparnos hasta tan arriba. Aquel paseo por Haarlem a las 6 de la tarde con frío, lluvia y noche. Qué ciudad más maravillosa. Repasé entonces el post en que anunciábamos nuestra partida. Ni siquiera el post viaje. El antes. El de las ilusiones por lo que llega. Incomparable sensación. Tenía 2 comentarios: uno de El Sagutxo Solitario. Aquella chica que tiene un blog fascinante, íntimo, cercano y tremendamente tierno. He leído los últimos post que ofrecía. Me gustó mucho aquél en que describía sus sensaciones en una boda a la que asistió. Dice: La mayor parte de las veces me gustaría estar con una sola persona porque los grupos me abruman y me molestan los diferentes niveles de confianza. Qué gran verdad.
Después de El Sagutxo y pensar por un instante en lo bonito que es San Sebastián, volví a su perfil y observé que entre los enlaces de los blogs que sigue (15) hay uno que automáticamente me obligó que lo pinchara: A las 11 en la imprenta. ¿Qué quieren? Deformación profesional. El blog es de un chaval de Oviedo que vive y estudia en Southampton. Toma ya. Más sensación de que la vida se te escapa de las manos sin haberlo visto todo. Y ese poema maravilloso que me viene a la cabeza, que describe la distancia y que termina con ese «No hay columna vertebral que sostenga el cielo que cae sobre ti cuando se precipita la distancia como aguacero, sólo arena que cae una y otra vez por el mismo puño».
Este chaval, de Oviedo (maravillosa ciudad), describe su estancia en Reino Unido. Su día a día. He retrocedido para encontrar el comienzo de su viaje. Ciudades frías como las nórdicas deberían alejar. A mí siempre me han atraido. Divertido leer cómo vio el partido entre el Atlético y el Liverpool de hace casi un año. Divertidas preguntas las que a veces se hace.
Miro la gente que tiene enlazada y veo otro link al que debo pinchar inexcusablemente: proyecto de escritora. Le encanta Lorenzo Silva -¿a quién no, no creen?-, come en diversos restaurantes para hacer acopio de información de cara a su futuro libro y hace poco ha estado en Budapest. Más morriña. Enttro en un apartado anexo de su blog en que se centra más en sus escritos y proyectos y veo una frase de José Vasconcelos: «Un libro, como un viaje, se comienza con inquietud y se termina con melancolía». Verdad, verdad, verdad. Remata la autora: «Y así es como quiero volver, con la melancolía de que ha terminado algo hermoso. Con la maleta repleta de recuerdos, de aventuras vividas y de instantes robados al tiempo«.
¿Robarle instantes al tiempo? ¡Cuántas veces habremos pensado en ello! Y uno vuelve atrás y ve a Momo y los hombres grises y los puros hechos con el tiempo de las vidas ajenas. Y ese poema de Gil de Biedma que tantas veces me percute. O aquél otro de Argensola que me viene a rescatar. (Suspiro).
Volvemos a la realidad. Si en unos años el proyecto editorial que tengo entre manos saliese bien, habrá que estar atento a todo este tipo de escritores de nuevo cuño, de la generación cibernética.
Cada vez que me meto a dar vueltas por diferentes blogs, me planteo algo que posiblemente acabe haciendo. Me encantaría poder recopilar en un libro los mejores post que he visto en los blogs que recorro de vez en cuando.
Y bueno, nada más, que tengo muchas cosas que hacer. No se quejarán. Hoy les he dado a conocer a una chica de San Sebastián de la que hacía tiempo no sabía nada, a un chaval ovetense afincado en Guirilandia y una escritora en ciernes que vuelve de su viaje por la tierra de Imre Nagy. Ya saben… vidas, como la suya o como la mía. Imbricadas.
El equipo de nuestra infancia
Joder, cada vez saco menos tiempo para todo. Alguien dijo una vez que éstos son momentos en los que uno sufre y trabaja como un chino para que en un tiempo pueda disfrutar de estos sacrificios.
La seriedad áspera de lo cotidiano, se torna suavidad cuando uno consigue evadirse con noticias que se recordarán por los siglos de los siglos.
Parece que fue ayer cuando perdí una apuesta con Rodríguez, porque éste dijo que la patética Ana Obregón aparecía en un capítulo de El Equipo A. Pues tenía razón. Que conste, porque seguramente mienta el susodicho José Luis, que le pagué su Pancho o su Lequio o lo que fuera. El caso es que se lo pagué.
Bueno, resulta que lo que parecía que sólo era un rumor se confirma: En unos meses empezará a grabarse la película de El Equipo A.
No sé en qué quedará todo, pero dudo que haya alguien en este país que no haya visto alguna de esas aventuras míticas de esta serie inolvidable. Esa furgoneta, esos puros, esos planes que salen bien, ese arsenal que consiguen crear (siempre con un soplete) de la nada, esos 0 muertos por capítulo, esas drogas para volar…joder, qué jóvenes éramos. Pero ha pasado el tiempo…
Algunos de los nombres que ya han sonado han sido Bruce Willis para dar vida a Hannibal; Woody Harrelson, del que el propio Singleton ya dijo que era el actor «ideal» para encarnar al loco Murdock; y Ice Cube para sustituir a Mr.T en la piel de M.A. Barracus.
Para desvelar todas las incógnitas habrá que esperar hasta junio, cuando comience el rodaje. ¿No están deseosos de volver a 4 de los mejores hombres del ejército estadounidense que formaban un comando…?
Cambios
A poco que nos paremos a evaluar el transcurrir cotidiano de nuestra vida, desde un punto de vista algo más objetivo, más distante, observaremos que hay una verdad irrefutable: nuestra existencia la gobierna el movimiento.
Nada es igual. Todo va mutando. Cambia nuestro cuerpo físicamente. Lo hace también nuestra mente. Y con ella, nuestros pensamientos.
Generalmente las aseveraciones más profundas que conozco, se basan en premisas tan sencillas y primarias como predicaba Tzara.
La aparición de nuevas inquietudes, de posibilidades variopintas y de escenarios móviles hacen de la vida un continuo interrogante. Un realismo mágico.
Solamente la ardiente paciencia hará que conquistemos una
Se acaba una etapa laboral en mi vida. Nada menos que de 3 años. Empezamos nueva aventura. Ha sido un gran periodo. He aprendido muchísimo y espero que de cara al futuro pueda servir como apoyo importante. Dejo compañeros y también amigos. Espero que eso nunca pase de fecha.
De todas formas, lo mejor siempre está por llegar. Aunque nada ni nadie pueda impedir que mire para atrás con una mezcla de alegría y de tristeza.
Poesía
Además, todo por un poema que me encanta y que me vino a recordar el otro día otra poetisa.
Que la vida iba en serio
uno lo empieza a comprender más tarde
-como todos los jóvenes, yo vine
a llevarme la vida por delante.
Dejar huella quería
y marcharme entre aplausos
-envejecer, morir, eran tan sólo
las dimensiones del teatro.
Pero ha pasado el tiempo
y la verdad desagradable asoma:
envejecer, morir,es el único argumento de la obra.
«Poemas póstumos» 1968
¿Les suena?
Es un poema de final. De lo que ustedes quieran, pero de final. De final de verano, por ejemplo, si lo extrapolan.
Y ya que estamos en plan literato, ¿qué me dicen de ese otro de Salinas? (no el ídolo de Rodríguez, que conste):
¡Ay!, cuántas cosas perdidas
que no se perdieron nunca.
Todas las guardabas tú.
Menudos granos de tiempo,
que un día se llevó el aire.
Alfabetos de la espuma,
que un día se llevó el mar.
Yo por perdidos los daba.
Y por perdidas las nubes
que yo quise sujetar
en el cielo
clavándolas con miradas.
Y las alegrías altas
del querer, y las angustias
de estar aún queriendo poco,
y las ansias
de querer, quererte, más.
Todo por perdido,
todo en el haber sido antes,
en el no ser nunca, ya.
Y entonces viniste tú
de lo oscuro, iluminada
de joven paciencia honda,
ligera, sin que pesara
sobre tu cintura fina,
sobre tus hombros desnudos,
el pasado que traías
tú, tan joven, para mí.
Cuando te miré a los besos
vírgenes que tú me diste,
los tiempos y las espumas,
las nubes y los amores
que perdí estaban salvados.
Si de mí se me escaparon,
no fue para ir a morirse
en la nada.
En ti seguían viviendo.
Lo que yo llamaba olvido
eras tú.
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En fin, qué cosas….
Cuando utilizamos la teoría matemática para intentar acotar el tiempo. Para intentar comprender su significado, buscar una fórmula que nos explique nos encontramos con un físico estilo Einstein, Hawking…
Cuando en otras ocasiones se diserta del tiempo a través de asonancias, nos hallamos ante un poeta. ¿Y si resumiésemos la esencia de un poeta como aquello que nos permite mirar el tiempo?
¿Y si resumiésemos el tiempo en el diferente tiempo de los poetas? Porque no se crean…me da que no es lo mismo el tiempo de Gil de Biedma, que el de Salinas, o el de Aleixandre…
¿Y si entre tantos tiempos paradigmáticos, encontrásemos la esencia de nuestro tiempo?
En fin, perdonen la divagación.
Antes de sus insultos, permítanme una reflexión del gran José Hierro: «Todo el mundo necesita poesía, aunque no lo sepa”.
La gentuza opina