Pub nº12: St. Patrick’s Abbey Tavern
Sensación peculiar la que creo que nos dejó a casi todos el 12. Paradójica al menos.
El emplazamiento es espectacular. El pub es enorme, con varias zonas claramente diferenciadas, con 2 barras, un comedor, una parte exclusivamente pensada para la tranquilidad, al amparo de la biblioteca, varias pantallas de televisión… y todo con la particularidad esencial: la decoración hace que inexorablemente te traslades a una abadía de época.
Hacer notar que probablemente de los 50, será el que más fachada tenga. Hablamos de dimensiones verdaderamente llamativas.
Esas vidrieras, arcos apuntados, la propia fachada, con ladrillo y madera traída desde la mismísima Irlanda, según he podido saber, un retablo del siglo XVI… un templo de la Irlanda de hace 500 años.
Sí… pero no sé. El Ferlein me comentó que tuvo la misma sensación. Este pub era un sitio al que había que ir, pero ¿de verdad es el reflejo de un pub irlandés? Quizás no de la actualidad.
Las pintas fueron convenientemente engullidas, bien mezcladas con recuerdos estorakiles (no en vano, el Mote y el Papote fueron cómplices de esta ruta por primera vez), un partido esplendido del Getafe que no bastó para tumbar a un mediocre Sevilla y Rodríguez & Barra tuvieron el placer de degustar una hamburguesa de la casa. Ya dirán qué tal fue la cosa.
El precio, el mismo que el día de The Corner´s Clock, como las tapas o el tipo de camareros. No en vano, el dueño es el mismo en ambos garitos. 5’80€ la pinta es a todas luces excesivo.
La nota curiosa de la noche la puso el sin par Sr. Ortigoza, que vino de jornada de curro desde Vitoria con su señorita Murillo (por méritos propios, pareja de honor de 2010) completamente trajeado, afeitado, peinado. ¡¡Impoluto!! (Ahora sí). Ese no es nuestro cerdo, que nos lo han cambiado.
Del Rosal siguió con su campaña de trincheras, de púgil encajador ante las brillantes acometidas, por parte de los presentes, sobre su operación Zumbarse a la oronda. Vamos, desde Objetivo Birmania no veía yo una apuesta de tamaña complejidad. Mientras, el Míkel ya trabaja en otra alternativa con forma virtual de manceba.
Por cierto, después de que hemos tenido que esperar tanto las fotos (lamentable y vergonzante lo del cerdaco gandul y marmotil de Espáriz), procedo a añadir lo que puede empezar a catalogarse casi como un clásico: el Míkel y su periódico.
Como apuntábamos, Escobar y López Serrano fueron los invitados estrella e hicieron méritos para ser recordados. El Mote se volvió sólo a casa y el Papo fue el culpable de que el próximamente exiliado yanqui y mi menda acabásemos en el Haka tomando un par de copillas.
Por cierto, Sr. Espáriz, ya tengo el pasaporte, además de haber solucionado los papeles en la seguridad social, en el banco y por fin haber comprado ese vídeo que me ayudará a migrar las tropecientas horas de fútbol de VHS a DVD. Todo el día con el coche de arriba para abajo. Joder.
Lamentar profundamente la abominable manera del Sr. Barra de escaquearse en las postrimerías de la noche. Rodríguez tenía la justificación de su señora, pero lo de él no tiene perdón. Encima, ¡¡habiéndose echado siesta!! Esto tiene una exégesis contundente: ¡¡¡mundo viejuno!!!
Y citarles para un 13, el día de mañana, en el O’Connors.
Pub nº 7: Finnegan´s Irish Pub
Si no me equivoco, fue ayer la primera vez en que nos juntamos todos los miembros reconocidos por derecho en esta aventura de la ruta irlandesa: Barra, Espáriz, Ortigoza, Del Rosal, Rodríguez y mi menda. Nadie faltó. E hicimos bien.
Porque el Finnegan´s fue un éxito. De hecho, el nombre (que imagino hace referencia al personaje de Joyce, Tim Finnegan, típico irlandés aficionado a la bebida) es de esos que se te quedan grabados.
Digamos que antes de reunirnos en la cibernética rumbo al 7, Del Rosal llamó desde el aeropuerto para hacer notar su presencia en la gélida meseta a la que tanto echaba en falta. Obviamente, un rato después vino a reunirse con nosotros. Con el cansancio acumulado por su periplo heleno y sus nuevas perspectivas ante el año que arranca se tomó sus rubias mientras los demás usábamos cuchillo y tenedor para hincarle el diente a las negras.
El pub presenta ese aspecto que tanto gusta a los irlandófilos. Esa típica madera por doquier, mesas propias de un buen pub, decoración muy de nuestro gusto… pudierase afirmar que la presentación es más que aceptable.
Si a esto le añadimos un gran servicio el resultado es indudablemente alto. Allí estaba Freddy, nuestro otrora compañero de fatigas hakenses. Amigo de barra (tras y delante de ella) sansera, lleva ya un tiempo currando en la Plaza de las Salesas y parece que está contento.
Además de unas pintas verdaderamente bien servidas, la cena que entre pecho y espalda se metió más de uno (ahora más que nunca… ver documentos gráficos) fue digna de cualquier bodorrio.
Personalmente, me gustó mucho la estructura del pub: diferentes zonas, recovecos, iluminación correcta. Hablemos claro: estamos ante un gran emplazamiento. De los mejores que hemos visto por ahora. Y encima con un precio de amigo, seamos honestos.
¡Ah! Y no se puede pasar por alto, el enorme detalle del gran Camilo al invitarnos, como previamente prometió, a la primera ronda de pintas. La gente que cumple sus promesas debe ser calificada como íntegra. Gracias, amigo Ortigoza.
Tras un par de horas en que las discusiones fueron mutando, decidimos irnos a Sanse. Los 6 en el coche de Camilo. El conductor y el cerdo de las Barras delante y los 4 restantes detrás, jugando al tetris para poder aguantar esos 25 minutos de trayecto sin que ninguno se dislocase nada.
En el bar de Rubén, como no podía ser de otra manera, la noche acabó con una nota excelente.
Finalmente y tras mucho esperar, el cerdo canario ha puesto ya sus notas y podremos -Míkel mediante- saber cómo van las clasificaciones, estadísticas y resultados. Por cierto, en un comentario copiaré las notas de la ameba canaria, porque los ha publicado en un post de hace ya unas semanas (inteligente hasta el final).
Y un último detalle sobre una de las conversaciones estrella de la noche. ¿Qué pasa con el abono del Ferlein? Ojito al parche que vienen curvas. 5 partidos de liga: contra Villarreal, Sevilla, Sporting, At.Madrid y Barcelona + 1/8 de Champions ante el Lyon y un hipotético cruce de 1/4. Casi nada… Me sé de uno que puede hacerse oro. Para más inri, estimado Espáriz: el Madrid-Barça es el 10 u 11 de abril. Se presenta interesante la subasta.
Si nadie ni nada lo remedia el miércoles 13 nos vamos al 8. Elige Fermín.
Para empezar ¡putada!
Empezamos bien el año.
Pocas horas después de hacer un listado con el decálogo, resulta que tengo que ampliar a once el número de propósitos para el nuevo año. Concretamente hay que correrlos todos uno, porque el primero es no cagarme demasiado en el maldito hijo-de-la-gran-puta que me ha robado la cartera en el Haka.
06:34 de la mañana (lo recuerdo, porque miré el móvil), cojo la cartera del abrigo para sacar los últimos 10 € y pagar las también postreras copas. Meto nuevamente la cartera en el abrigo (gilipollas de mí, que no me la metí en el pantalón como sí había hecho con llaves y móvil). Al salir pasadas las 7, la cartera ha desaparecido.
No quedaba mucha gente en el bar. Algún malnacido me vio sacar y meter la cartera o al palpar el abrigo y ver que no miraba nadie, quedarse con mi cartera.
3 puntos clave:
1- Te jodes hijo de puta. En la cartera debían quedar 40 céntimos. Métetelos por el culo.
2- Me jodo yo, porque si no aparece me toca renovar otra vez DNI, carnet de conducir, cartilla de la S.Social, abono del madrid y por supuesto recibir las nuevas tarjetas (anulada por ahora sólo la de La Caixa -muy eficientes-, porque los cerdos de Bankinter no cogen el jodido teléfono en atención al cliente el día 1, he mandado un mail explicando la jugada y quejándome, claro… espero que no haya más sorpresas).
3- Se confirma que el Haka no es lo que era. Años atrás, el chorizo tras quedarse la pasta le hubiera dado la cartera al Ferlein (hombre tras la barra) sin que nadie mirara y obviamente Espáriz hubiera hecho alguna broma de las suyas. Pero ahí habría quedado la historia.
Ya está hecha la puta denuncia y salvo milagro, tocará puto papeleo otra vez. Me cago en todo.
También es verdad que viendo las personas que he visto en la comisaría, lo mío es una broma. Por un lado una pareja (él gordo y aparentemente imbécil y ella más lista y con pinta de tener su mejor habilidad en la boca, pero no precisamente en el habla), en la que el tío medio sollozaba, porque le habían dado una paliza unos tíos. En el tiempo en el que han estado el tipo ha hablado con varios colegas suyos apodados Popo, Salsa y El carne por teléfono. No es coña. Evidentemente he dado el visto bueno a la agresión y me he quedado con ganas de rematarle ahí mismo. Pedazo de subnormal.
En la otra parte de la enjuta, lúgubre y cuasi insalubre salita de espera de mierda de la comisaria de la Avenida de España unos padres (él calvo, ella con cara de seta) y un niñato de unos 17 llorando como un julay. Apenas podía entenderle, pero he sacado un par de frases. En un mini diálogo con papá, hijo consentido le decía que no sé quién estaba detenido. En otra que el coche que había volcado era el de la policía. Vuelvo a jurar sobre los muertos del puto ladrón de carteras que es verdad.
Esto le hace a uno también mirar las cosas con perspectiva y tiene a relativizar.
En fin, esperemos que todo se arregle y no haya problemas relacionados con el hurto menor (¡¡jódete pringado ratero, 40 céntimos!!).
Señores con señoras (que diría Martes y Trece), que pasen un potito 2010.
Derrotado
Ahora les entiendo. Sensación antagónica a la que todos esperamos en los enfrentamientos.
Todos los ámbitos difieren, pero tienen un terreno paralelo, por encima de sujetos y predicados. Hablo del perdedor.
Foreman es recordado toda la vida. Luchó con tropecientos años con Holyfield. Hasta vendió sartenes. ¿O eran cacerolas? Da igual. Perdió con Ali en Zaire. Esa es la verdad. Como ´Smokin Joe´ en Manila.
Nadie puede olvidar a Poulidor. Nadie ha subido tantas veces al podio. Nunca primero. Sampras nunca venció en Roland Garros.
Hoy he sentido el sabor del derrotado. Un objetivo tenía. Derrotado he sido. Me hallo a merced del vencedor, que diría el clásico.
Jueves a priori tranquilo que se complicó. Quedé por Sanse con el cerdo del Míkel, con el recientemente llegado Ferlein (vaya viaje se ha pegado el muy cabrón) y con el Mati, ese singular personaje, tantas veces querido como odiado, ese ser único e indispensable, un tipo fastuoso. Pizza, risas, alguna cerveza (de esas que pueden pasar el control antidoping). Y unas copas. He sido derrotado. No he llegado a Octubre. El mes de Lenin, el de Cristobal Colón. Nunca el mío.
La titánica proeza a la que me sometía ha podido conmigo como los turcos pudieron con Bizancio. Así cayó Belisario. El caballo de Troya, Helena, la lágrima del auxiliado…
La culpa es de los cerdos de mis amigos. El Mati es un borracho sin parangón. Bebe a la velocidad del rayo. Pretende pulverizar el líquido destilado. Y lo consigue. Curioso parangón. Quiere andar por encima del etanol. Aunque sea haciendo ´eses´.
Luego está el Míkel, ese antropomorfo (cuesta creerlo) que la última vez que le dijo que no a una copa, Eisenhower era todavía cabo. Bebió sin pestañear. Con la tranquilidad y la pericia de un cirujano. Matemático. Sin pestañear.
Espáriz y yo estuvimos hablando incluso después de terminar la velada. Epílogo hakiano hasta que sonó el gong. La campana horaria cerró la noche con ilusiones, certezas, incertidumbres y vicisitudes varias.
Malditos bastardos. Siempre por su culpa. Película ingente, como su director. 46 años de loco americano.
He perdido. He sido derrotado. Han podido conmigo. Como el destino pudo con Gombrowicz. Ese insigne polaco hacedor de futuros en Argentina. La tierra por entonces de Perón. Otro hacedor. Polonia. Lugar donde Jácek y Plácek intentaban robar la luna. Así nos lo afirmaba Makuszynski.
Noche fantástica, rodeado de amigos. Que te cuentan. Te sitúan en la vida. Te dan tranquilidad. Porque el camino les pasa cerca, como a ti. Sus vidas parecen diferentes, pero son la excusa para ir de la mano por el sendero del tiempo.
He perdido. El objetivo se pierde en lontananza. ¿Podré seguir mirándome al espejo? Ese mensajero cruel y despiadado. No creo.
No pude. Rendido me hallo. Continuamos por la senda. Cada vez sé menos. O quizás más. Sabiendo que no sé lo que no sé y que sé lo que mis amigos significan, debo calificar de dulce la derrota.
¿Insuficiente? Me da igual. Gran noche. Aquí queda escrito. Inolvidable. Hasta la derrota expirará. Ellos no. Gentuza. Malditos bastardos. Pero únicos.
Esplendor en la hierba
Hacía años que no me tiraba un fin de semana completo en casa sin salir. Dejé a mis amigos a la salida de la Haka el viernes por la noche tras un bebercio considerable -tremendo torrijas, el Míkel- y desde entonces dormir, leer, ver cine y descansar.
El fin de semana ha terminado con Esplendor en la hierba, maravillosa historia de Elia Kazan que tiene tantos de esos ingredientes que tanto apasionan. Y esos versos de Wordsworth. Preciosa película que habla de la vida, del paso del tiempo y de cómo se marcha la juventud. Se la recomiendo.
Lo que no sé si les comenté es que fui con Mentxu a ver el jueves la última de la Coixet (digamos que no iba demasiado convencido…). Uff, no hablaré mucho de ella. No se la recomiendo.
Espáriz se ha ido a Yanquilandia, Zurita me ha llamado y sigue tremendamente amartelado (gravísimo que hayamos dejado de usar más este vocablo), Don Miguel sigue con sus particulares historias para con las mujeres, Rodríguez haciendo de viejete y Del Rosal velando armas de cara a la batalla de la semana que viene.
En fin, esta semana tendré ya reuniones de cara a configurar la página web y con el el asesor fiscal para que nos vaya orientando en el comienzo. Además, sigo viendo dormitorios, sofás y algún mueblecillo. ¡Coño!, se me olvidaba decirles que en breve, fiestas en Algete; espero verles por allí.
Y nada, sólo volver a alabar sin tino el exagerado fútbol que practica España. Antológico baño a Bélgica. ¡Qué equipo! Qué forma de jugar al fútbol. Impresionante. A ver qué tal los chavales del basket. Este año sí toca el oro europeo.
Dentro de unos años, cuando nos acordemos de todos estos momentos, podremos recitar a Wordsworth.
Insultos amistosos
O aquella jugando al billar en la primera prueba de los juegos paralímpicos. Que, por otra parte, tiene pelotas que nunca se terminaran. Pero bronca buena eh. Con insultos y todo, como mandan los cánones.
Four years ago
Por lo que recuerdo, nos reímos de lo lindo con tantas y tantas anécdotas.
La gentuza opina