Archivo

Archive for 27/09/2011

Bolonia y Verona

Bueno, la falta de tiempo me impide ser más detallista en la explicación del viaje que mi querida Mentxu y un servidor hicimos por Bolonia y Verona hace unos días.

Ciudades pequeñas, con ese punto íntimo y cercano que te obliga a sentirlas de una manera casi fraternal. El hecho de saber que puedes abarcar una ciudad suele dar esa tranquilidad que permite disfrutarla de verdad.

Bolonia tiene concentrado en su parte central la parte más reconocible por todos: las magníficas torres Asinelli y Garisenda, el ayuntamiento, la basilica de san Petronio, los palacios (Podestá y Enzo son espectaculares), la magnífica Plaza Maggiore que enlaza con la de Neptuno y uno de los «sette segretti» de la ciudad… y esas callecitas propias de los casos cantiguos (ojo, por cierto, Bolonia tiene un casco antiguo de los más considerados, grandes y bien conservados del mundo; ahí es nada).

Como digo, una maravilla de ciudad. En caso de valentía extrema se debe disfrutar también de la subida a la basílica de San Luca. Además, nada de coger el trenecito (no el gayer, Ortigoza, no piense mal); hay que subir a pie por los 666 arcos que conducen a la cima y disfrutar de un enclave fundamental (y en algunos casos desconocido).

Bolonia es conocida por el atentado terrorista que los neofascistas Valerio Fioravanti y Francesca Mambro cometieron el 2 de agosto de 1980 en la estación de ferrocarril (la más importante del norte de Italia). En el atentado murieron 85 personas y unas 200 resultaron heridas. Allí, por cierto, se puede disfrutar de otro de los «segretti». Bolonia ha sido y es una de las ciudades clave en el movimiento obrero y alternativo italiano y europeo. Ha sido lugar de congresos y agitación obrera. Hablando de «segretti»… hay uno espectacular: un canal en medio de la ciudad, bastante escondido; no es nada fácil encontrarlo, se lo aseguro.

Pero a día de hoy, para los profanos en política, Bolonia es sobre todo reconocida por su espectacular pasta y especialmente en los tagliatelle y los tortellini. Y por sus «aperitivos», sí, exacto: uno llega a un bar por la tarde y ìde una cerveza. Se sorprende cuando ve que le cobran 5€ por ella (se sorprende y se caga en todo), pero cuando ves que te puedes hinchar a comer en el bufé que tienen dentro (y que está incluido, obviamente), la cifra te parece aceptable.

Verona, por su parte, a unos 100 kilómetros de Bolonia, tiene el encanto de un centro histórico atractivo y a pocos metros, el Castello Scaligero del siglo XIV, la casa de Julieta, y el anfiteatro romano del siglo II. Se pueden imaginar lo que es el balcón de Julieta y las placitas adyacentes. Verdaderamente, más allá de las moñadas típicas, un lugar extraordinario.

La plaza delle Erbe (antiguo foro romano) es una preciosidad digna de ser visitada y disfrutada en todo su esplendor y toda su extensión. Lo mismo la plaza Brá y el puente de piedra que comunica el centro con la parte más alejada, en la propia colina y que está separada por el río Adigio. Un buen lugar, si señor.

Ya saben, Italia siempre es un triunfo y con los precios de ciertos billetes, es inexplicable no escaparse un fin de semana largo a disfrutar de esta región. No lo lamentarán.

Categorías: Viajes Etiquetas: , , , ,