Divagar

No me apetece escribir nada. Podría apuntar algún temita en torno a la noche de ayer jueves en que lo pasamos realmente bien. Pero paso.

Estoy muy cansado. He dormido muy poco. Necesito sobar.

Todo culpa del puto canario, que debido a su aprensión hacia Corea del Norte (qué historia tan triste la de ese país) busca acercarse a Occidente siempre que puede. Eso se traduce en…

El caso es que al levantarme y poner a Carlitos Herrera a las 7 de la mañana, ha abierto con una proeza taurina de José Tomás. Yo no soy un apasionado de el arte de Cúchares, pero parece ser que ha sido antológico lo de este tío.

Acabó House, en lo que a su cuarta temporada se refiere con un doble episodio espectacular. Me encantó. Espectacular el striptease de la jefa, la Caddie esa (o como se escriba).

Mañana empieza la Eurocopa. ¿Y si…esta vez sí?

6 de junio. Cumple de la teniente. Felicidades.

Bueno, si se les ocurre cualquier cosa, por absurda y estúpida que sea (como este post), éste es el lugar idóneo.

Habitualmente con el nivel altísimo en sus escritos, hoy el autor ha visto el alba desde sus inicios y tiene el cuerpo con poquitas ganas de jota. Espero disculpen este ejemplo de destrucción neuronal.

¿Qué habrá sido de Espáriz? ¿Rodríguez ya bota la pelota en su nuevo salón, no? Y Don Miguel de viajes por la tierra del culebrón del verano. A saber las que arma.

No quiero mirar atrás para descubrir la basura que he escrito. No voy a poner ni fotos, para no tener que ojear estos escupitajos hacia los pocos lectores que este bodrio suele arrejuntar.

Disculpen. Es que estoy reventadísimo.

P.D.: Pensarán ustedes, con toda la razón: «Si está tan cansado, ¿por qué coño escribe esta mierda?». Parafraseando a Groucho: «Me han visto siete médicos y han confirmado que no tiene cura».